¿Tú también padeces el síndrome del desorden financiero?

El síndrome del desorden financiero es un estado exagerado en el cual una persona gasta su dinero de forma compulsiva, perdiendo de foco el futuro y sin contemplar las consecuencias negativas que esta actitud puede generar tanto en su vida como en la de su entorno. 

Este comportamiento lo pueden padecer tanto hombres como mujeres, aunque ellas son más propensas y vulnerables frente a las tentaciones y las compras en exceso.

Gastar el dinero sin control, es una actitud muy dañina, no solo porque complica los recursos de una persona, sino porque aumenta la dependencia al dinero en el día a día e incrementa la probabilidad de convertirse en una costumbre con efectos indeseables para la calidad de vida y las finanzas a futuro. 

El síndrome de desorden financiero corresponde a conductas autodestructivas y se presenta con un actuar inconsciente mediante el cual la persona gasta su dinero hasta quedarse sin ningún tipo de recurso. 

El nacimiento del síndrome del desorden financiero.

Con el siglo XX llegó la corriente del consumismo y como consecuencia de esta tendencia, surgió el síndrome del desorden financiero, que encontró su auge en el siglo XXI con el refuerzo publicitario. 

Si bien al principio, el consumo excesivo no era bien visto por las sociedades y los individuos que apreciaban el ahorro la producción industrial disminuyó el valor de las cosas y permitió que más personas tengan acceso a los bienes y servicios de una forma más accesible.

El nuevo modelo económico trajo consigo el consumo masivo para generar ganancias en gran volumen, dieron origen a la financiación para acelerar el avance industrial y la masividad de la publicidad para que todas las clases sociales creyeran tener la capacidad de adquirir productos y bienes a cualquier coto.

El síndrome del desorden financiero.

La principal característica de quienes padecen el síndrome del desorden financiero es que la mayor parte de lo comprado no lo necesitan

La satisfacción no subyace en comprar algo para compensar una necesidad sino por el solo hecho de realizar una compra. Este tipo de adquisiciones es el reflejo de una actitud consumista comúnmente innecesaria y excesiva.

Características de la enfermedad.

El consumismo es solo una cortina de humo dentro del síndrome del desorden financiero. 

Lo realmente preocupante es la existencia de insatisfacción, desconcierto y una profunda ignorancia. 

Son las personas que más necesitan, quienes más la padecen. Aquellos con mucho dinero, no suelen realizar gastos sin sentido, mientras que las personas con mayor poder económico, por el contrario buscan ahorrar.

La gestión inteligente de las finanzas personales beneficia la salud física y mental y el tomar noción de nuestro gasto puede ayudarnos a encontrar muchas ineficiencias en nuestro presupuesto diario. Nuestro GPS financiero, puede ser un excelente punto de partida, para este proceso de ahorro.